El hombre y la mujer, desde que existen sobre la tierra, han descubierto en lo más íntimo de sus corazones la llamada al amor y a la transmisión de la vida. No en vano, Dios los creó hombre y mujer, participando de la misma condición humana, con igual dignidad y derechos. Por esto les confió una misión, al tiempo que mandato: "creced y multiplicaos y henchid la tierra, dominándola" (Gén 1,28). Adán se gozó al descubrir cómo Dios le había dado por compañera una mujer, que era de su misma condición ("esta sí que es carne de mi carne", Gén 2,23). Y seguidamente al acto creador, les confió la vocación a constituir un matrimonio, que habría de servir a lo largo de la historia al proyecto divino de transmitir la vida.
Vida humana que tiene un carácter sagrado, ya que la vida es un don de Dios, y porque en el rostro de todo hombre reverbera el resplandor de la gloria de Dios, que lo creó a su imagen y semejanza (cf. Gén 1,26). De aquí la importancia que tiene transmitir la vida humana, que habrá de realizarse según el proyecto creacional de Dios. Más, si consideramos que el hombre no es un ser autónomo de modo tal que pueda prescindir de Dios; tampoco es el autor -menos árbitro- de la ley moral, que es la norma correspondiente a su misma naturaleza y al orden querido por Dios para él al crearlo, y enriquecerlo con su vida divina.
En el servicio a este proyecto en favor de la transmisión de la vida humana, los cónyuges (el acto sexual de recíproca y plena donación sólo puede realizarse en el seno del matrimonio, ya sea natural o sacramental) siempre se han encontrado con dificultades, ya sea en razón de la inclinación desviada de las pasiones humanas (por la concupiscencia), ya sea por condiciones de salud, o bien por meros factores externos a ellos (de orden político, social, económico...).
Sin embargo, especialmente los cristianos -gracias al servicio que presta el Magisterio eclesiástico-, a lo largo de la historia, han tenido bien presente una norma moral, que presidía y dirigía sus comportamientos: el acto conyugal debe permanecer siempre abierto a la vida. Los fieles católicos reconocían esto como verdad. También alcanzaban a descubrirlo los creyentes de otras confesiones, incluso personas distantes del mundo religioso. La razón es sencilla: se trata de una norma moral que está inscrita en el interior del corazón humano, y que todo hombre (de buena fe y que obre con recta conciencia) puede descubrir naturalmente, gracias a la luz de la razón.
No obstante, esta realidad -pacíficamente reconocida- fue perturbada (prácticamente desde principios de siglo) por diversos factores: el descubrimiento científico de los medios artificiales de regulación de la natalidad, el problema que presentaba la explosión demográfica, el feminismo radical, la denominada "revolución sexual",... y todo ello bajo la presión y el influjo de las ideologías del momento.
Esto exigió un pronunciamiento autorizado y definitivo de parte de la Iglesia. Pablo VI decidió que no se tratara la cuestión durante los debates del concilio Vaticano II (aunque sí ofreció criterios esclarecedores al respecto), para abordarla por separado. Tras largos y profundos estudios, y madura reflexión, y urgido por su conciencia apostólica (como sucesor del Príncipe de los Apóstoles), e investido con la suma autoridad de Jesucristo, el 25 de julio de 1968 publicó la Encíclica Humanae vitae, que fue recibida con alegría en el mundo católico. También suscitó muchas y airadas críticas -incluso rechazo- en el orbe entero, e incluso en la misma Iglesia.
Los hombres y mujeres -especialmente los católicos- al orientar la realización de sus vidas en el matrimonio han de hacerlo según la norma moral enseñada por el Papa, y que ellos mismos descubrirán grabada en su conciencia en virtud de la auténtica naturaleza del amor conyugal, y de su dignidad de personas, que así presenta la sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia. Norma moral que es vinculante y obligatoria para cuantos aspiren a realizar en la verdad las exigencias de la vocación matrimonial, en orden al servicio de transmitir la vida.
Juan Pablo II ha confirmado la validez de esta enseñanza moral en la Exhortación apostólica Familiaris consortio, y en innumerables ocasiones a lo largo del Pontificado. Enseñanzas que han adquirido ulteriores matices, y relieve, en las encíclicas Veritatis splendor y Evangelium vitae. También ha destacado la audacia y valentía apostólica de Pablo VI, fiel a su misión eclesial. Por otra parte, ha señalado que la Encíclica Humanae vitae constituye un signo de los tiempos, y que reviste un valor de carácter profético de primer orden en nuestros días, ante las tendencias que se registran en orden a construir la civilización de la muerte, contrapuesta a la civilización de la vida y el amor, que preconiza la Iglesia.
Los Obispos españoles, también celebraron el veinticinco aniversario de la Encíclica paulina, ensalzando sus enseñanzas, en el Documento Una Encíclica profética: la "Humanae vitae" (20-11-1992). Luego, posteriormente, han vuelto a afirmar la misma enseñanza evangélica en la Instrucción Pastoral La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad (27-4-2001). Y con igual espíritu se han pronunciado por medio del Directorio de la pastoral familiar (21-11-2003). Todo ello en orden a promover el verdadero amor conyugal, realizando la vocación al amor en virtud de la diferenciación sexual, con el objetivo de realizar la comunión de las personas (n. 28). El amor debe permanecer abierto a la transmisión de la vida, pues así lo reclama el sentido profundo de la sexualidad humana (cf. n. 30).
Las páginas que siguen a continuación abordan, pues, el problema de la verdad del amor conyugal y de la transmisión de la vida, bajo el concepto de paternidad y maternidad responsable, porque a ambos (varón y mujer) afecta por igual. Cuestión que se enfoca a la luz de los principios antropológicos, escriturísticos, teológicos y morales, que dan razón verdadera de la enseñanza de la Iglesia. Los esposos están invitados a reflexionar en torno a ello, y a seguir tales enseñanzas en orden a realizar plenamente su vocación y misión de esposos y de padres. Verdad que es la condición de su realización personal, y consiguientemente, de su felicidad, ya en la tierra. Así podrán llevar a cabo el designio de Cristo sobre ellos: ser santos. De ese modo harán presente el amor de Dios para con la humanidad en medio del mundo, y de Jesucristo para con la Iglesia, con la que se desposó (en virtud de la obra redentora) en un amor casto, fiel y fecundo para salvación del mundo universo.
No teman los esposos por la dificultad del camino. No consideren que esta enseñanza sea algo extraño a ellos, o enemigo -si cabe- de su felicidad, de su bien... Todo lo contrario, es la condición verdadera para que puedan alcanzarla en plenitud.
Y, digo "no teman", porque el mismo Jesucristo es su compañero y amigo de viaje, que comparte con ellos sus dificultades, alegrías y esperanzas. Él mismo viene en su ayuda -en virtud de la gracia recibida en el sacramento-, y por su compromiso de amor, para que puedan realizar felizmente su misión. No teman tampoco, porque la Iglesia -madre y maestra- acompaña la vida de sus hijos con solicitud maternal. Ella vela amorosamente en favor de los esposos, ayudándoles con su magisterio, con la administración de los sacramentos -que nutren, enriquecen y santifican sus vidas-, y con toda su acción pastoral.
¡Quiera Dios que los esposos sean fieles a su vocación, de modo que testifiquen que "el amor no ha pasado", que el amor está vivo y presente en nuestro mundo! ¡Confiemos que los esposos vivan con entusiasmo la inmensa grandeza de ser servidores de la vida en la forja de la civilización del amor!
ÍNDICE
I- CONSIDERANDOS
1- Matrimonio y "paternidad-maternidad responsable" en el Concilio
2- Humanae vitae y paternidad-maternidad responsable
a) Apreciación global de la Encíclica
- Considerandos
- Principios doctrinales
b) Naturaleza y carácter de la Encíclica
c) Carácter vinculante de la Encíclica
3- Catecismo de la Iglesia católica y paternidad-maternidad responsable
a) Fundamento: la ley natural
b) Tratamiento del matrimonio y de la familia
II- ASPECTOS ANTROPOLOGICOS
1- La verdad del hombre
2- La sexualidad
Preparación para el matrimonio
3- Castidad conyugal
4- Personalismo y paternidad-maternidad responsable
III- VERTIENTE MORAL
A) LA VERDAD MORAL
1- Ley natural y paternidad-maternidad responsable
2- Dimensión antropológica de la moral conyugal
a) Moralidad de la norma "paternidad-maternidad responsable"
b) "Ley de gradualidad" en la vivencia de la paternidad responsable
c) Enseñanza moral de la Iglesia
3- Formar rectamente la conciencia
4- Paternidad y maternidad responsable, y violación de la norma moral: pecado
5- Paternidad y maternidad responsable
Significado de este criterio moral
B) CULTURA CONTRARIA A LA VIDA
1- Contraconceptivos y paternidad responsable
a) Contraconceptivos: exclusión artificial de la procreación
b) Prácticas contraconceptivas: injustificables
2- El servicio a la vida y la paternidad responsable
3- Aborto y prácticas contraconceptivas
C) MORALIDAD DE LOS METODOS NATURALES
1- Consideraciones doctrinales
2- Apreciaciones prácticas
D) MATRIMONIO, FAMILIA Y PATERNIDAD-MATERNIDAD RESPONSABLE
1- Matrimonio
2- Matrimonio: institución divina y vocación del hombre
3- Amor conyugal
a) Amor conyugal: naturaleza
b) Amor conyugal: esencia
c) Cualidades del amor conyugal
d) Amor y ascesis conyugal
e) Amor conyugal generoso
f) Vocación y santidad
4- Comunidad de vida y amor
5- Santidad y "paternidad-maternidad responsable"
a) La santidad de la familia
b) La familia al servicio de la vida humana
c) Vocación a la santidad de los esposos, y paternidad y maternidad responsable
6- Pastoral familiar
IV- PATERNIDAD-MATERNIDAD RESPONSABLE Y SOCIEDAD HUMANA
1- Paternidad y maternidad responsable: errores
2- Autoridad: competencia en la paternidad y maternidad responsable
3- Control demográfico y paternidad responsable
4- Planificación familiar y paternidad-maternidad responsable
5- Ciencia y paternidad-maternidad responsable
V- EPILOGO
Acción pastoral e impulso al servicio de la vida en atención a la "paternidad y maternidad" responsable
ANEXO
MÉTODOS PARA CONTROLAR LA FERTILIDAD HUMANA
¿Qué tipos de métodos existen para controlar la fertilidad humana?
¿Cuándo se dice que un método contraceptivo es abortivo?
¿Cuándo se dice que un método contraceptivo es anticonceptivo?
¿Cuáles son los mecanismos de acción de los métodos artificiales de control de la fertilidad humana?
¿A qué nos referimos al hablar de métodos hormonales?
¿Qué es la denominada píldora anticonceptiva?
¿Qué tipo de píldoras anticonceptivas existen actualmente?
¿Existen otros contraceptivos hormonales distintos a la píldora anticonceptiva?
¿Cómo actúa la píldora anticonceptiva?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Tiene la píldora anticonceptiva efectos secundarios perjudiciales para la mujer?
¿Qué es la píldora del día siguiente?
¿Es la píldora del día siguiente abortiva?
¿Qué es la píldora RU?486?
¿Cómo actúa la RU?486?
¿Se utiliza la píldora abortiva RU?486 como método para controlar la fertilidad humana?
¿Puede tener la píldora abortiva RU?486 efectos secundarios para el hijo o la madre?
¿Qué son los métodos contraceptivos de barrera?
¿Cuáles son los más utilizados?
¿Por qué el preservativo es anticonceptivo?
¿Cuál es la eficacia del preservativo como método anticonceptivo?
¿A qué nos referimos al hablar de contracepción intrauterina?
¿Cuál es el mecanismo de acción del DIU?
¿Cuál es su eficacia contraceptiva?
¿Qué número de vidas humanas se pierden como consecuencia de la utilización del DIU?
¿Qué son los métodos quirúrgicos para la regulación de la fertilidad humana?
¿Cuál es su eficacia anticonceptiva?
¿Tienen efectos secundarios perjudiciales para el hombre o la mujer?
¿Cuál es su mecanismo de acción?, ¿son anticonceptivos o abortivos?
¿Son actualmente muy utilizados los métodos quirúrgicos? ¿Cuáles son las consecuencias generales más inmediatas de la utilización de los métodos anticonceptivos?
¿Se ha conseguido reducir el número de embarazos en adolescentes como consecuencia de la utilización de los métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana?
¿Y las enfermedades de transmisión sexual?
¿Y el número de abortos?
MÉTODOS NATURALES PARA LA REGULACIÓN DE LA FERTILIDAD HUMANA
¿Qué son los métodos naturales para la regulación de la fertilidad humana?
¿Qué tipos de métodos naturales existen?
¿Cuál es el método del ritmo o método de Ogino?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Cuál es el método de la temperatura?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Cuál es el método del moco cervical o método de Billings?
¿Qué eficacia tiene?
¿Cuál es el método sintotérmico?
¿Existen otros métodos naturales para regular la fertilidad humana?
¿Tiene los métodos naturales efectos médicos secundarios?
¿Pueden usar los métodos naturales las mujeres cuyo ciclo es irregular?
¿Puede tener el uso de los métodos naturales efectos negativos para la relación sexual de la pareja?
¿Existen razones de orden natural que justifiquen hoy día la utilización de los métodos naturales para regular la procreación humana?
VALORACIÓN MORAL DE LA REGULACIÓN DE LA FERTILIDAD HUMANA
¿Pueden estar justificadas las relaciones sexuales prematrimoniales?
¿A quién corresponde dar orientaciones morales sobre la regulación de la fertilidad humana?
¿Se puede calificar la doctrina de la Iglesia en el campo de la regulación de la fertilidad humana como verdadero Magisterio?
¿A quién corresponde interpretar el Magisterio de la Iglesia? En consecuencia ¿qué papel debe jugar la conciencia de los esposos en la regulación de la fertilidad humana?
¿Existe una continuidad en las declaraciones de los últimos pontífices sobre esta materia?
¿Es esta doctrina, tan claramente expuesta en el Magisterio de la Iglesia, admitida unánimemente?
Y ante este rechazo, por parte de algunos teólogos, de la enseñanza del Magisterio de la Iglesia,
¿cuál debe ser la conducta del católico que quiere vivir con fidelidad su fe?
¿Qué entiende el Magisterio de la Iglesia por paternidad responsable?
¿Desde el punto de vista teológico, por qué no son lícitos los métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana para vivir la paternidad responsable?
¿Existen razones antropológicas que apoyen la ilicitud de los métodos artificiales de regulación de la natalidad?
¿Son en cambio lícitos los métodos naturales? ¿Qué diferencias esenciales hay entre los medios contraceptivos y los métodos naturales de regulación de la fertilidad?
¿Hay diferencias de orden moral entre ambos tipos de métodos?
¿Existen algunas declaraciones pontificias recientes, y en especial del papa Juan Pablo II, recomendando el aprendizaje de los métodos naturales para la regulación de la fertilidad humana?
¿Desde un punto de vista moral, se pueden utilizar en algún momento los métodos artificiales para regular la fertilidad humana?
¿Puede uno de los cónyuges cooperar en la relación sexual con el otro cónyuge cuando éste está firmemente decidido a utilizar un método contraceptivo?
¿Se puede esterilizar a un deficiente mental para evitar un embarazo no deseado?
¿Es acorde una mentalidad anticonceptiva con la vivencia comprometida del Evangelio?
¿Se puede vivir una actitud abierta a la vida dentro del concepto de paternidad responsable, sin estar esta actitud inmersa en una consideración trascendente de la existencia?
¿Cuáles pueden ser algunas acciones de los católicos para promover una actitud más abierta a la vida?
Vida humana que tiene un carácter sagrado, ya que la vida es un don de Dios, y porque en el rostro de todo hombre reverbera el resplandor de la gloria de Dios, que lo creó a su imagen y semejanza (cf. Gén 1,26). De aquí la importancia que tiene transmitir la vida humana, que habrá de realizarse según el proyecto creacional de Dios. Más, si consideramos que el hombre no es un ser autónomo de modo tal que pueda prescindir de Dios; tampoco es el autor -menos árbitro- de la ley moral, que es la norma correspondiente a su misma naturaleza y al orden querido por Dios para él al crearlo, y enriquecerlo con su vida divina.
En el servicio a este proyecto en favor de la transmisión de la vida humana, los cónyuges (el acto sexual de recíproca y plena donación sólo puede realizarse en el seno del matrimonio, ya sea natural o sacramental) siempre se han encontrado con dificultades, ya sea en razón de la inclinación desviada de las pasiones humanas (por la concupiscencia), ya sea por condiciones de salud, o bien por meros factores externos a ellos (de orden político, social, económico...).
Sin embargo, especialmente los cristianos -gracias al servicio que presta el Magisterio eclesiástico-, a lo largo de la historia, han tenido bien presente una norma moral, que presidía y dirigía sus comportamientos: el acto conyugal debe permanecer siempre abierto a la vida. Los fieles católicos reconocían esto como verdad. También alcanzaban a descubrirlo los creyentes de otras confesiones, incluso personas distantes del mundo religioso. La razón es sencilla: se trata de una norma moral que está inscrita en el interior del corazón humano, y que todo hombre (de buena fe y que obre con recta conciencia) puede descubrir naturalmente, gracias a la luz de la razón.
No obstante, esta realidad -pacíficamente reconocida- fue perturbada (prácticamente desde principios de siglo) por diversos factores: el descubrimiento científico de los medios artificiales de regulación de la natalidad, el problema que presentaba la explosión demográfica, el feminismo radical, la denominada "revolución sexual",... y todo ello bajo la presión y el influjo de las ideologías del momento.
Esto exigió un pronunciamiento autorizado y definitivo de parte de la Iglesia. Pablo VI decidió que no se tratara la cuestión durante los debates del concilio Vaticano II (aunque sí ofreció criterios esclarecedores al respecto), para abordarla por separado. Tras largos y profundos estudios, y madura reflexión, y urgido por su conciencia apostólica (como sucesor del Príncipe de los Apóstoles), e investido con la suma autoridad de Jesucristo, el 25 de julio de 1968 publicó la Encíclica Humanae vitae, que fue recibida con alegría en el mundo católico. También suscitó muchas y airadas críticas -incluso rechazo- en el orbe entero, e incluso en la misma Iglesia.
Los hombres y mujeres -especialmente los católicos- al orientar la realización de sus vidas en el matrimonio han de hacerlo según la norma moral enseñada por el Papa, y que ellos mismos descubrirán grabada en su conciencia en virtud de la auténtica naturaleza del amor conyugal, y de su dignidad de personas, que así presenta la sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia. Norma moral que es vinculante y obligatoria para cuantos aspiren a realizar en la verdad las exigencias de la vocación matrimonial, en orden al servicio de transmitir la vida.
Juan Pablo II ha confirmado la validez de esta enseñanza moral en la Exhortación apostólica Familiaris consortio, y en innumerables ocasiones a lo largo del Pontificado. Enseñanzas que han adquirido ulteriores matices, y relieve, en las encíclicas Veritatis splendor y Evangelium vitae. También ha destacado la audacia y valentía apostólica de Pablo VI, fiel a su misión eclesial. Por otra parte, ha señalado que la Encíclica Humanae vitae constituye un signo de los tiempos, y que reviste un valor de carácter profético de primer orden en nuestros días, ante las tendencias que se registran en orden a construir la civilización de la muerte, contrapuesta a la civilización de la vida y el amor, que preconiza la Iglesia.
Los Obispos españoles, también celebraron el veinticinco aniversario de la Encíclica paulina, ensalzando sus enseñanzas, en el Documento Una Encíclica profética: la "Humanae vitae" (20-11-1992). Luego, posteriormente, han vuelto a afirmar la misma enseñanza evangélica en la Instrucción Pastoral La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad (27-4-2001). Y con igual espíritu se han pronunciado por medio del Directorio de la pastoral familiar (21-11-2003). Todo ello en orden a promover el verdadero amor conyugal, realizando la vocación al amor en virtud de la diferenciación sexual, con el objetivo de realizar la comunión de las personas (n. 28). El amor debe permanecer abierto a la transmisión de la vida, pues así lo reclama el sentido profundo de la sexualidad humana (cf. n. 30).
Las páginas que siguen a continuación abordan, pues, el problema de la verdad del amor conyugal y de la transmisión de la vida, bajo el concepto de paternidad y maternidad responsable, porque a ambos (varón y mujer) afecta por igual. Cuestión que se enfoca a la luz de los principios antropológicos, escriturísticos, teológicos y morales, que dan razón verdadera de la enseñanza de la Iglesia. Los esposos están invitados a reflexionar en torno a ello, y a seguir tales enseñanzas en orden a realizar plenamente su vocación y misión de esposos y de padres. Verdad que es la condición de su realización personal, y consiguientemente, de su felicidad, ya en la tierra. Así podrán llevar a cabo el designio de Cristo sobre ellos: ser santos. De ese modo harán presente el amor de Dios para con la humanidad en medio del mundo, y de Jesucristo para con la Iglesia, con la que se desposó (en virtud de la obra redentora) en un amor casto, fiel y fecundo para salvación del mundo universo.
No teman los esposos por la dificultad del camino. No consideren que esta enseñanza sea algo extraño a ellos, o enemigo -si cabe- de su felicidad, de su bien... Todo lo contrario, es la condición verdadera para que puedan alcanzarla en plenitud.
Y, digo "no teman", porque el mismo Jesucristo es su compañero y amigo de viaje, que comparte con ellos sus dificultades, alegrías y esperanzas. Él mismo viene en su ayuda -en virtud de la gracia recibida en el sacramento-, y por su compromiso de amor, para que puedan realizar felizmente su misión. No teman tampoco, porque la Iglesia -madre y maestra- acompaña la vida de sus hijos con solicitud maternal. Ella vela amorosamente en favor de los esposos, ayudándoles con su magisterio, con la administración de los sacramentos -que nutren, enriquecen y santifican sus vidas-, y con toda su acción pastoral.
¡Quiera Dios que los esposos sean fieles a su vocación, de modo que testifiquen que "el amor no ha pasado", que el amor está vivo y presente en nuestro mundo! ¡Confiemos que los esposos vivan con entusiasmo la inmensa grandeza de ser servidores de la vida en la forja de la civilización del amor!
ÍNDICE
I- CONSIDERANDOS
1- Matrimonio y "paternidad-maternidad responsable" en el Concilio
2- Humanae vitae y paternidad-maternidad responsable
a) Apreciación global de la Encíclica
- Considerandos
- Principios doctrinales
b) Naturaleza y carácter de la Encíclica
c) Carácter vinculante de la Encíclica
3- Catecismo de la Iglesia católica y paternidad-maternidad responsable
a) Fundamento: la ley natural
b) Tratamiento del matrimonio y de la familia
II- ASPECTOS ANTROPOLOGICOS
1- La verdad del hombre
2- La sexualidad
Preparación para el matrimonio
3- Castidad conyugal
4- Personalismo y paternidad-maternidad responsable
III- VERTIENTE MORAL
A) LA VERDAD MORAL
1- Ley natural y paternidad-maternidad responsable
2- Dimensión antropológica de la moral conyugal
a) Moralidad de la norma "paternidad-maternidad responsable"
b) "Ley de gradualidad" en la vivencia de la paternidad responsable
c) Enseñanza moral de la Iglesia
3- Formar rectamente la conciencia
4- Paternidad y maternidad responsable, y violación de la norma moral: pecado
5- Paternidad y maternidad responsable
Significado de este criterio moral
B) CULTURA CONTRARIA A LA VIDA
1- Contraconceptivos y paternidad responsable
a) Contraconceptivos: exclusión artificial de la procreación
b) Prácticas contraconceptivas: injustificables
2- El servicio a la vida y la paternidad responsable
3- Aborto y prácticas contraconceptivas
C) MORALIDAD DE LOS METODOS NATURALES
1- Consideraciones doctrinales
2- Apreciaciones prácticas
D) MATRIMONIO, FAMILIA Y PATERNIDAD-MATERNIDAD RESPONSABLE
1- Matrimonio
2- Matrimonio: institución divina y vocación del hombre
3- Amor conyugal
a) Amor conyugal: naturaleza
b) Amor conyugal: esencia
c) Cualidades del amor conyugal
d) Amor y ascesis conyugal
e) Amor conyugal generoso
f) Vocación y santidad
4- Comunidad de vida y amor
5- Santidad y "paternidad-maternidad responsable"
a) La santidad de la familia
b) La familia al servicio de la vida humana
c) Vocación a la santidad de los esposos, y paternidad y maternidad responsable
6- Pastoral familiar
IV- PATERNIDAD-MATERNIDAD RESPONSABLE Y SOCIEDAD HUMANA
1- Paternidad y maternidad responsable: errores
2- Autoridad: competencia en la paternidad y maternidad responsable
3- Control demográfico y paternidad responsable
4- Planificación familiar y paternidad-maternidad responsable
5- Ciencia y paternidad-maternidad responsable
V- EPILOGO
Acción pastoral e impulso al servicio de la vida en atención a la "paternidad y maternidad" responsable
ANEXO
MÉTODOS PARA CONTROLAR LA FERTILIDAD HUMANA
¿Qué tipos de métodos existen para controlar la fertilidad humana?
¿Cuándo se dice que un método contraceptivo es abortivo?
¿Cuándo se dice que un método contraceptivo es anticonceptivo?
¿Cuáles son los mecanismos de acción de los métodos artificiales de control de la fertilidad humana?
¿A qué nos referimos al hablar de métodos hormonales?
¿Qué es la denominada píldora anticonceptiva?
¿Qué tipo de píldoras anticonceptivas existen actualmente?
¿Existen otros contraceptivos hormonales distintos a la píldora anticonceptiva?
¿Cómo actúa la píldora anticonceptiva?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Tiene la píldora anticonceptiva efectos secundarios perjudiciales para la mujer?
¿Qué es la píldora del día siguiente?
¿Es la píldora del día siguiente abortiva?
¿Qué es la píldora RU?486?
¿Cómo actúa la RU?486?
¿Se utiliza la píldora abortiva RU?486 como método para controlar la fertilidad humana?
¿Puede tener la píldora abortiva RU?486 efectos secundarios para el hijo o la madre?
¿Qué son los métodos contraceptivos de barrera?
¿Cuáles son los más utilizados?
¿Por qué el preservativo es anticonceptivo?
¿Cuál es la eficacia del preservativo como método anticonceptivo?
¿A qué nos referimos al hablar de contracepción intrauterina?
¿Cuál es el mecanismo de acción del DIU?
¿Cuál es su eficacia contraceptiva?
¿Qué número de vidas humanas se pierden como consecuencia de la utilización del DIU?
¿Qué son los métodos quirúrgicos para la regulación de la fertilidad humana?
¿Cuál es su eficacia anticonceptiva?
¿Tienen efectos secundarios perjudiciales para el hombre o la mujer?
¿Cuál es su mecanismo de acción?, ¿son anticonceptivos o abortivos?
¿Son actualmente muy utilizados los métodos quirúrgicos? ¿Cuáles son las consecuencias generales más inmediatas de la utilización de los métodos anticonceptivos?
¿Se ha conseguido reducir el número de embarazos en adolescentes como consecuencia de la utilización de los métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana?
¿Y las enfermedades de transmisión sexual?
¿Y el número de abortos?
MÉTODOS NATURALES PARA LA REGULACIÓN DE LA FERTILIDAD HUMANA
¿Qué son los métodos naturales para la regulación de la fertilidad humana?
¿Qué tipos de métodos naturales existen?
¿Cuál es el método del ritmo o método de Ogino?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Cuál es el método de la temperatura?
¿Cuál es su eficacia como método para regular la fertilidad humana?
¿Cuál es el método del moco cervical o método de Billings?
¿Qué eficacia tiene?
¿Cuál es el método sintotérmico?
¿Existen otros métodos naturales para regular la fertilidad humana?
¿Tiene los métodos naturales efectos médicos secundarios?
¿Pueden usar los métodos naturales las mujeres cuyo ciclo es irregular?
¿Puede tener el uso de los métodos naturales efectos negativos para la relación sexual de la pareja?
¿Existen razones de orden natural que justifiquen hoy día la utilización de los métodos naturales para regular la procreación humana?
VALORACIÓN MORAL DE LA REGULACIÓN DE LA FERTILIDAD HUMANA
¿Pueden estar justificadas las relaciones sexuales prematrimoniales?
¿A quién corresponde dar orientaciones morales sobre la regulación de la fertilidad humana?
¿Se puede calificar la doctrina de la Iglesia en el campo de la regulación de la fertilidad humana como verdadero Magisterio?
¿A quién corresponde interpretar el Magisterio de la Iglesia? En consecuencia ¿qué papel debe jugar la conciencia de los esposos en la regulación de la fertilidad humana?
¿Existe una continuidad en las declaraciones de los últimos pontífices sobre esta materia?
¿Es esta doctrina, tan claramente expuesta en el Magisterio de la Iglesia, admitida unánimemente?
Y ante este rechazo, por parte de algunos teólogos, de la enseñanza del Magisterio de la Iglesia,
¿cuál debe ser la conducta del católico que quiere vivir con fidelidad su fe?
¿Qué entiende el Magisterio de la Iglesia por paternidad responsable?
¿Desde el punto de vista teológico, por qué no son lícitos los métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana para vivir la paternidad responsable?
¿Existen razones antropológicas que apoyen la ilicitud de los métodos artificiales de regulación de la natalidad?
¿Son en cambio lícitos los métodos naturales? ¿Qué diferencias esenciales hay entre los medios contraceptivos y los métodos naturales de regulación de la fertilidad?
¿Hay diferencias de orden moral entre ambos tipos de métodos?
¿Existen algunas declaraciones pontificias recientes, y en especial del papa Juan Pablo II, recomendando el aprendizaje de los métodos naturales para la regulación de la fertilidad humana?
¿Desde un punto de vista moral, se pueden utilizar en algún momento los métodos artificiales para regular la fertilidad humana?
¿Puede uno de los cónyuges cooperar en la relación sexual con el otro cónyuge cuando éste está firmemente decidido a utilizar un método contraceptivo?
¿Se puede esterilizar a un deficiente mental para evitar un embarazo no deseado?
¿Es acorde una mentalidad anticonceptiva con la vivencia comprometida del Evangelio?
¿Se puede vivir una actitud abierta a la vida dentro del concepto de paternidad responsable, sin estar esta actitud inmersa en una consideración trascendente de la existencia?
¿Cuáles pueden ser algunas acciones de los católicos para promover una actitud más abierta a la vida?
Precio 18 euros
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